LÚPIN ¡un pasaje al infinito!

El fin de semana en una conversación telefónica con un amigo de nuestro proyecto EPF, caímos en un punto en común la Revista que los que tenemos algo que ver con la electrónica, invariablemente leímos cuando éramos chicos, la «LÚPIN» tal fue el grado de nostalgia que a ambos nos produjo, que le prometí un artículo sobre «nuestra revista preferida» y reuniendo información de diferentes fuentes le dimos forma a esto que es un humilde homenaje a sus creadores, va dedicado a todas las generación a las cuales esta publicación motivó e inició en un hobby con el cual aprendimos «jugando».

“Lúpin” (“looping” es un argentinismo fonético para nombrar al «bucle» en acrobacia aérea).

Este era el piloto «Lúpin», un personaje de una revista inolvidable para muchos.

Cómo era?

Lúpin era una pequeña revista de historietas humorísticas. Apaisada, tenía 20 cm de ancho por 14 de alto. Las tapas impresas a color y el interior en blanco y negro. Aunque hace 14 años ya no está en los kioscos (salió de circulación en el 2007) muchos la recordamos. A pesar que No circula más en su edición de papel, hoy sigue siendo buscada, leída y coleccionada. Por ejemplo se venden en Mercado Libre, desde $300 y algunos números se llegan a pagar hasta los $2.000. ¿Cuál es el motivo? Sin lugar a dudas por el valor emocional que representa en el público, que tuvo contacto con la publicación en su niñez. Basta con hacer un par de clicks en internet y se pueden encontrar más de una docena de lugares, en los que hoy sigue vivo el afecto por la revista Lúpin. Blogs, foros, páginas de redes sociales, lugares de compra y venta de ejemplares, lectura libre de las historietas publicadas y reproducción de planos, todos motorizados por sus antiguos y nuevos lectores.

Por nombres, pueden buscar y encontrar:

  • El club de Saltap
  • La revistucha
  • Los planitos de Lúpin
  • Locos por Lúpin
  • Los que crecimos leyendo Lúpin
  • El correito del Gordi
  • Las historietas completas de Lúpin gratis

Lúpin aparecía mensualmente y tenía un tiraje inicial de ~8.000 ejemplares. Hasta que el personaje «Resorte» comenzó a publicar los planos para construir diversos elementos, que iban de una sencilla radio con pocos elementos a un barrilete de formas novedosas (el cajón por ej.). Todos esos “planitos” crecieron instantáneamente en importancia y llegaron a ser el elemento más buscado de la revista, llegando a 25.000 ejemplares por mes. Teniendo (especialmente los chicos que vivíamos en el interior), que encargársela con anticipación al kiosquero, porque algunos proyectos se dividían en 2 o 3 números y si te faltaba justo el # del medio, se complicaba la cosa.

¿cuál era el contenido de la Lúpin, que tanto interés despertaba, que atravesó a las generaciones y aún sigue vigente en la era digital?

En los ~500 ejemplares, publicados en 42 años, se encuentra planitos con instrucciones y sugerencias de todo tipo. Solo basta con echarle una mirada a la lista tan diversa de temas para tener un idea somera de esa diversidad:

  • electrónica
  • amplificadores
  • baffles
  • modelismo naval
  • camping
  • dínamos
  • instrumentos musicales
  • detectores de metales
  • transistores
  • barriletes
  • bicicletería
  • aeromodelismo
  • carpintería
  • fotografía
  • maquetas
  • globos de aire
  • radios a galena
  • aparatos para espantar mosquitos
  • fabricación de velas
  • Y muchísimas cosas más.

Todos los proyectos explicados paso a paso, con dibujos, sugerencias y anotaciones preliminares para solucionar cualquier obstáculo que se pudiera presentar. Y el funcionamiento correcto estaba asegurado 100%. Y en caso de dudas de los lectores se hizo permanente. “El correito del Gordi”, “El rincón de los lectores” y “Las páginas de Resorte” adonde se conseguía ideas sobre mejoras de los proyectos ya terminados o en curso. Y estas secciones de la revista llegaron a ocupar en algunas ediciones, tanto espacio como las tiras cómicas.

Adicionalmente en las oficinas de la redacción, todos los días se recibía la visita de los jóvenes lectores que querían datos sobre los circuitos electrónicos, avioncitos ó circuitos hechos con transistores. En ese sentido la revista Lúpin, por ese época tomó la posta de 2 publicaciones que hicieron historia en el periodismo argentino: «Ideas prácticas» dirigida por Jorge A. Duclout, y «Hobby» creada por Roberto Castromán. Aquello que muchos años después, se llamó “bricolaje” y que hoy inunda como «novedad» YouTube con tutoriales que te enseñan a hacer todo muy fácil.


Cómo nace Lúpin?

– ¡Nos vamos, queremos publicar una revista!

Esas fueron las palabras de los 2 dibujantes, que trabajaban en la revista «Rico Tipo» Guillermo Guerrero y Héctor Sídoli, a su director y fundador Guillermo Divito. Durante 25 años habían sido compañeros y a fines de 1965, le explicaron al director Guillermo Divito, que se iban porque tenían 1 proyecto propio. A lo cual Divito los sorprendió con su respuesta:

– No se van nada… ¡Nos asociamos, se quedan aquí y sacamos juntos la nueva revista!

Así nació Ediciones GDS (Guerrero, Divito, Sídoli). La idea ya estaba en los tableros de dibujo, pero faltaba ponerle el nombre. Por su parte Guerrero que era piloto y aficionado a los aviones, publicaba en la otra revista que consumíamos los chicos de esa época «Capicúa» ahí contaba y dibujaba, las aventuras de un piloto llamado «Lúpin», (en referencia al “looping” de las acrobacias aéreas).

¡Dale, le ponemos Lúpin de nombre!

Y así empezó a publicarse en febrero de 1966. Guerrero además sumó otras historietas como: Piedrito y Saurito, Al Feñique el Rey del Hampa y Mosca Kid. Por su parte, Sídoli se hizo cargo de la dirección y con el seudónimo de Sol o Tito Sol, publicó «Bicho y Gordi», «Resorte» el ayudante del «Profe», «Manija» el camarógrafo y «Saltapones» el hombre práctico.

Un giro fatal inésperado…

Todo el proyecto tuvo un giro fatal inesperado cuando en Julio del 69, en una ruta de Brasil, Guillermo Divito choca manejando su auto y se muere.

En una entrevista, Guerrero le cuenta a una periodista en 1969…

Fue terrible. Nos quedamos helados con Héctor. La revista Rico Tipo quedó en manos de unos sobrinos, duró tres años más y chau! El día que cerró Rico Tipo fue por quiebra. Se llevaron todos los canastos a Tribunales y nosotros le compramos la parte de Lúpin a la familia y nos quedamos acá. La enorme redacción del 3er. piso desapareció. Y solo quedó 1 oficina en el fondo (el antiguo despacho de Divito). En ese lugar se instalaron Sídoli y Guerrero. Como decoración en la pared opuesta a la puerta de entrada, pusieron una foto que llamaba la atención a todos los que llegaban…Era la foto de:

Fernando “Frank” Caldeiro, el 1er. astronauta argentino en la NASA.

En la pequeña redacción de la revista, estaba la foto de Fernando “Frank” Caldeiro, en la que se leía esta dedicatoria:

¡Gracias a la revista Lúpin, por la inspiración que me dió todos los meses que la pude leer!

En el número 100 de enero de 1974, en la mencionada sección “El correito del Gordi”, se puede leer que le responden a un niño llamado «Fernando Caldeiro», de Ituzaingó. Efectivamente, Frank Caldeiro era lector de Lúpin.

Hombre que en el 2002 fue nombrado «Científico Nacional Hispano del Año» y que fue seleccionado por la NASA como candidato a astronauta en mayo de 1996. Obtuvo la calificación de “Especialista de misión” después de completar 2 años de entrenamiento y evaluación. En 1997 fue asignado a la Oficina de Astronautas a la rama de «operaciones de la Estación Espacial Internacional». Lamentablemente Caldeiro falleció en el 2009.

Mientras Caldeiro vivía en EEUU durante muchos años, recibió los ejemplares de Lúpin desde la Argentina, porque se los enviaba Pablo de León, un ingeniero que nació en Cañuelas y que también llegó a hacer carrera en la NASA, donde dirige el Laboratorio de Vuelos Espaciales Tripulados y es investigador principal del proyecto “Estación multipropósito para misiones futuras al planeta Marte” en la Universidad de Dakota del norte y en el Centro Espacial Kennedy, en los Estados Unidos.

El Ing. De León también fue lector de Lúpin:

De León dice: «Los cohetes, las naves espaciales y los trajes de astronauta me fascinaron desde siempre. Yo crecí en la época de los primeros viajes espaciales, y la astronáutica estaba muy presente en los diarios, la radio y la televisión. En esa época había una revista que se llamaba Lúpin y publicaban no sólo historietas, sino también planos de inventos y proyectos de aeromodelismo, electrónica y otras cosas. Ahí vi por primera vez la posibilidad de hacer un cohete con un sistema de recuperación y lanzarlo a unos cientos de metros. Así empecé con la cohetería, que es algo que aún hoy día le enseño a mi hija y que es un hobby que te enseña un poco de física y química».

Hace unos meses, en la revista Aviación Experimental, dedicada al vuelo deportivo, su editor el piloto y constructor Marcelo Rodríguez escribió:

«Es probable que a buena parte de los lectores les resulte difícil imaginar la vida sin televisión, sin teléfono celular, e incluso sin Internet, pero, además, aislado de la sociedad. Alguien puede imaginar qué haría un niño en tales circunstancias. Pues bien, así fue mi niñez, hasta mis doce años viví en el campo y nada de eso existía, pero contaba con algo que bien pudo reemplazar todo lo demás, se llamaba revista Lúpin. En mi caso fue mucho más que una guía de estudios, con Lúpin armé mis primeros planeadores de balsa, las maquetas, estudié astronomía, incendié el fondo de mi casa con el globo de aire caliente, y dejé a mi familia sin luz más de una vez armando los circuitos electrónicos de “transistorin”, pero hoy me siento orgulloso de vivir de mi trabajo como técnico electrónico, de ser piloto y además ser constructor amateur. Todas mis actividades fueron inspiradas por los distintos personajes de Lúpin».

Héctor Sídoli murió en 2006 / Guillermo Guerrero falleció en 2009 / La revista Lúpin dejó de aparecer en 2007.

Consideraciones finales

Lúpin, apareció en nuestras manos de niños curiosos por el mundo que nos rodeaba. Y para comprender la importancia que esto tuvo, hay que recordar que no había a nuestro alcance otras fuentes fáciles de información (NO EXISTÍA INTERNET). Por lo tanto debemos hacer justicia y mencionar las revistas que luego fueron apareciendo representando los siguientes peldaños más complejos, como RADIO PRACTICA, luego NUEVA ELECTRÓNICA, luego ELEKTOR que fueron publicación a publicación abriéndonos las ventanas de ese mundo que parecía inalcanzable. Hasta transformar lo que nació como un hobby de niños en una pasión de hombres que perduró a lo largo de nuestras vidas.

¡Gracias LÚPIN, gracias Resorte! por enseñarnos a pensar y ver lo divertida que es la electrónica!

11 comentarios en “LÚPIN ¡un pasaje al infinito!”

  1. Cuanta nostalgia, que gran revista, cuanto le debemos, algunos le debemos todo, por iniciarnos y motivarnos en una época donde no existía internet ni otros medios para que pibes jóvenes consigan esta información. Gracias Pedro!

    1. Pedro-e-p-f-administrador

      Por favor nada que agradecer. Esto es para que los jóvenes entiendan como era antes nuestra condición para poder hacer algo de electrónica. Saludos!

    1. Pedro-e-p-f-administrador

      Esto es para que los jóvenes entiendan como era antes nuestra condición para poder hacer algo de electrónica. Saludos!

  2. Juan Carlos Nieva

    Excelente historia de Lupin! Un gran incentivador de inventores y mete manos en cualquier elemento! Hice aviones, lanchas, radios, órgano musical electrónico y mil cosas más.
    Por años me decía mi primo mayor Tara service….

    1. Pedro-e-p-f-administrador

      Nuestro apodo en común jajaja! Es para que los jóvenes entiendan como era antes nuestra condición, para poder hacer algo de electrónica. Saludos!

  3. Yo fui a comprar unas revistas a la redacción y Vi en la redacción a un señor ,igual , igual a Lupin…el piloto, después.e dijeron que era el director

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