La formación en electrónica abarca diferentes ámbitos, lo que permite al profesional adquirir múltiples conocimientos y habilidades. Es así como los profesionales tienen una mayor facilidad a la hora de abordar el mundo laboral, ya que estamos rodeados, vivimos e interactuamos permanentemente con elementos que basan su funcionamiento en los mismos principios inalterables y fundamentales de la electrónica.
El perfil laboral del electrónico se destaca por su alto nivel de capacitación, diseño, construcción, integración y mantenimiento de tecnología electrónica para mejorar sistemas de telecomunicaciones, fábricas automatizadas y robots industriales, aunque también con productos de la vida cotidiana: televisores, celulares, lavarropas, aspiradoras, computadoras, aires acondicionados, motos y mucho más.
La electrónica nos rodea y estamos inmersos en ella. Damos por sentado que todo va a funcionar, pero no siempre es así. Y cuando no es así, se requiere de personas que tengan los conocimientos y que estén preparadas para asumir el desafío de darle una “nueva vida” a esos productos.
Y, a través de este reuso, el profesional formado en electrónica tendrá la posibilidad de tener una salida laboral, realizar un trabajo ético y honesto y, a su vez, de gran impacto social: los usuarios tendrán menores costos comparado con la reposición del producto (economía del hogar) y, a su vez, se generan menores desperdicios y desechos (impacto ambiental).